Nódulo de tiroides
Definición
Un nódulo es una pequeña masa redondeada de células, en este
caso tiroideas, que crecen espontáneamente dentro de un órgano del cuerpo, en
este caso la tiroides.
Generalidades
La glándula tiroides se encuentra en la parte anterior y baja
del cuello, por delante de la tráquea, y es el órgano que controla el
metabolismo del cuerpo humano mediante la producción de las hormonas tiroideas
T3 y T4.
El funcionamiento de la tiroides está regulado por un órgano
superior, la hipófisis anterior, que segrega una hormona llamada TSH. Esta es
la responsable de estimular a la tiroides para que haga sus propias hormonas.
Con el aumento o disminución de las hormonas tiroideas, la hipófisis reacciona
para frenar o aumentar la secreción de TSH y así mantener reguladas a las
hormonas tiroideas. Esta relación se conoce como feed-back negativo
(retroalimentación negativa).
Tipos de nódulos
o Nódulos calientes o autónomos
El nódulo puede estar produciendo por su cuenta hormonas
tiroideas, escapando del control del órgano superior que debería regularlo.
Recibe el nombre de nódulo autónomo, porque es independiente de la hipófisis, o
nódulo “caliente”, porque en la gammagrafía se muestra más intensamente, porque
capta el medio de contraste. Produce generalmente un hipertiroidismo (calor,
taquicardias, temblor...).
o Nódulos fríos
Si el nódulo no produce hormonas, entonces está inactivo, y se
le llama nódulo “frío” porque en la gammagrafía se manifiesta con poca o
ninguna intensidad, al no captar el medio de contraste.
o Bocio multinodular
Puede que exista un único nódulo solitario, o que haya más de
uno. Entonces se llama bocio multinodular. Generalmente la presencia de nódulos
(algunos de ellos hipofuncionantes) determina que la glándula aumente de tamaño
para compensar, y en algunos casos llegan a ser francamente grandes.
Diagnóstico
o Palpación
o Análisis de sangre: por medio de los análisis se puede averiguar si los niveles de
hormonas tiroideas están elevados, de lo cual puede ser responsable el nódulo
o Ecografía tiroidea: En ella el médico ve el número de nódulos que hay, su tamaño,
densidad y contenido
o Radiografía
o Gammagrafía: Proporciona una imágen funcional del tiroides, reflejando si
los nódulos son activos o no. Se realiza inyectando en vena un medio de
contraste radioactivo y captando la imágen de la glándula con una cámara. Si el
nódulo es activo, capta el medio de contraste y lo refleja en la fotografía. Si
no es activo, no lo capta y se observa una imagen menos intensa (“nódulo
frío”).
o PAAF
(Punción de Aspiración
con Aguja Fina): El médico pincha en el tiroides con una aguja muy fina para
obtener células del nódulo tiroideo. Se coloca la muestra en un cristal, se
tiñe y se examina al microscopio. Gracias a esto se puede ver si el nódulo es
maligno o no, o si puede llegar a serlo.
Tratamiento
o En ocasiones no es necesario ningún tratamiento. Solo hay que
hacer un seguimiento periódico para ver cómo evoluciona. Muchas veces se
realiza un tratamiento con tiroxina en dosis sustitutiva o supresora.
o Yodo radioactivo: Si el
nódulo es caliente, se puede inactivar o “quemar”con una dosis de yodo
radioactivo (I 131), que normalmente se toma por vía oral. Las mujeres no deben
de tomar este tipo de tratamiento durante el embarazo.
o Cirugía: En ocasiones, puede ser necesario extirpar la parte afectada
mediante intervención quirúrgica.
Cáncer de tiroides
En un 5% de los casos el nódulo puede ser maligno. La mejor
prueba diagnóstica es hacer una PAAF y analizar las células del nódulo.
Existen diferentes tipos
de cáncer de tiroides pero los más frecuentes son:
o Cáncer papilar. Crece en varios sitios de la glándula
tiroides, en personas en edad temprana.
o Cáncer folicular. Se
suele desarrollar solo en una parte del tiroides. Aparece sobre todo en mujeres
después de los 30 años.
o Cáncer anaplásico, de
muy mal pronóstico.
o Cáncer medular,
generalmente en familias con predisposición
Tratamiento del cáncer tiroideo
o Siempre es quirúrgico.
En el
cáncer papilar normalmente se extirpa la tiroides tanto como sea posible
(tiroidectomía total o subtotal). En el folicular a veces es suficiente sólo
con quitar la mitad afectada de la tiroides (hemitiroidectomía).
o Después de la operación, sobre
todo del cáncer papilar, se añade yodo radioactivo en dosis altas para
eliminar o “quemar” las células que puedan haber quedado. También suele darse
un tratamiento con tiroxina de por vida, para que no se eleve el nivel de TSH,
ya que el aumento de esta hormona puede estimular el crecimiento de alguna
célula superviviente.
Si el
cáncer se detecta a tiempo el pronóstico generalmente es bueno, y se puede
contar con la curación completa. Sin embargo, es necesario hacer un seguimiento
estrecho de la enfermedad para prevenir nuevos brotes, que pueden darse incluso
en otras partes del cuerpo.
Existen otros tipos de cánceres, más raros y de peor pronóstico.
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