¿Qué es el cáncer de la
tiroides?
La
glándula tiroides está situada en la parte delantera del cuello, justo debajo
de la laringe (donde están las cuerdas vocales). Produce las hormonas que
regulan el metabolismo o la forma en que el cuerpo usa energía. El cáncer de la
tiroides ocurre cuando se forman tumores, también conocidos como nódulos, en la
glándula tiroides.
En su
mayoría, los nódulos (aproximadamente 90% de ellos) son benignos (no
cancerosos), pero los que son cancerosos pueden propagarse por todo el cuerpo y
afectar la expectativa de vida.
¿Sabía usted?
La mayoría
de las personas con cáncer de la tiroides no tiene síntomas.
¿Qué causa el cáncer de la
tiroides y quién corre el riesgo de tenerlo?
Se
desconoce la causa exacta del cáncer de la tiroides, pero las personas con
ciertos factores de riesgo tienen mayores probabilidades de tener la
enfermedad. Entre los factores de riesgo se encuentran:
• Tratamientos
de irradiación de la cabeza, cuello o tórax, especialmente en la infancia o
niñez
•
Antecedentes familiares de cáncer de la tiroides
• Un
nódulo grande o que crece mucho
• Más
de 40 años de edad
El tener
un factor de riesgo no significa que usted va a tener cáncer de la tiroides;
algunas de las personas que contraen la enfermedad no tienen ninguno de los
factores de riesgo. No obstante, si tiene un nódulo en la tiroides junto con
alguno de estos factores de riesgo, es necesaria una evaluación.
¿Cuáles son los diferentes
tipos de cáncer en la tiroides?
• El
cáncer papilar es el tipo más común. Aproximadamente 8 de cada 10
personas (o sea, 80%) con cáncer de la tiroides tienen este tipo, que crece muy
lentamente y suele extenderse a los nódulos linfáticos en el cuello. Es poco
común que se extienda a los pulmones o a los huesos. Afecta a las mujeres con
el doble de frecuencia que a los hombres, y el paciente típico tiene entre 30 y
50 años. En pacientes jóvenes, si se descubre cuando el tumor es pequeño (menos
de 13 mm o 1/2 pulgada) y este se limita a la tiroides, las probabilidades de
que se curen son bastante altas, de casi 100%.
El
cáncer folicular es el segundo tipo más común (aproximadamente de 10 a 15% de
los casos). Este tipo de cáncer casi nunca llega a los ganglios linfáticos,
pero algunas veces se propaga a los pulmones o huesos. Afecta a las mujeres con
el doble de frecuencia que a los hombres, y el paciente típico tiene de 40 a 60
años. En pacientes jóvenes, si se descubre cuando el tumor es pequeño y se
limita a la tiroides, las probabilidades de que se curen son altas, de casi
95%. Ese porcentaje es un poco menor en personas mayores.
• El
cáncer medular es mucho menos común (aproximadamente 5% de los casos). En
general, la tasa de supervivencia después de 10 años es de 90% cuando la
enfermedad se limita a la glándula tiroides, de 70% cuando se ha extendido a
los ganglios linfáticos en el cuello y de 20% cuando se ha extendido a puntos
distantes (como el hígado, los huesos, el cerebro). Este tipo de cáncer puede
ser hereditario, y es necesario evaluar a otros familiares para determinar si
corren el riesgo de tenerlo.
• El
cáncer anaplástico es el menos común (aproximadamente 1 a 2% de los casos) y el
más agresivo. Es común que el cáncer vuelva a presentarse después del
tratamiento, y hay pocas posibilidades de sobrevivir más de seis a doce meses.
Afecta a más hombres que mujeres, y principalmente a personas mayores de 65
años.
Es muy
poco común en pacientes jóvenes.
¿Cómo se diagnostica el cáncer de
la tiroides?
Es posible
que usted se encuentre un nódulo. O es posible que su médico descubra un nódulo
durante un examen de rutina.
La manera
más confiable para diagnosticar si tiene cáncer de la tiroides es la aspiración
con aguja fina. Este examen usa una aguja delgada para extraer células o
líquido del nódulo con el fin de examinarlas bajo un microscopio. Este examen
es muy preciso para identificar los nódulos cancerosos o “sospechosos” e
identificar el tipo de cáncer.
¿Cuál es el tratamiento para el
cáncer de la tiroides?
Su
tratamiento varía, según el tipo de cáncer y si se ha propagado.
Las opciones de tratamiento incluyen:
• Cirugía. Su
cirujano le quita parte o, en la mayoría de los casos, toda la glándula
tiroides y cualquier ganglio linfático anormal.
Algunos
cirujanos también extirpan los nódulos linfáticos cercanos, incluso si no
parecen ser anormales. Después de la cirugía es probable que tenga que tomar
hormona tiroidea el resto de su vida para reemplazar la que deja de producir la
glándula.
• Terapia
de yodo radioactivo (RAI por sus siglas en inglés). Este
tratamiento consiste en tomar una cantidad pequeña de yodo radioactivo para
destruir el tejido tiroideo que no ha sido extirpado con la cirugía. Este
tratamiento también se usa con el cáncer de la tiroides que se ha propagado a
los ganglios linfáticos y a otras partes del cuerpo.
• Irradiación
externa. Para matar las células cancerosas y reducir el tamaño de los
tumores, se dirige irradiación a los ganglios desde una fuente externa al
cuerpo. Este tipo de tratamiento es menos común, pero algunas personas pueden
beneficiarse de la irradiación externa, especialmente las que tienen cáncer
avanzado y no es posible operarlas.
• Quimioterapia.
Se trata del uso de medicamentos para tratar de matar las células
cancerosas. La quimioterapia puede ser beneficiosa para los pacientes que
tienen cáncer anaplástico de la tiroides, pero en casos pocos frecuentes se
utiliza para tratar otros tipos de cáncer de la tiroides, excepto en pruebas
clínicas para etapas avanzadas de la enfermedad.
¿Qué debe hacer si piensa que tiene
un nódulo en la tiroides?
Si usted
piensa que tiene un nódulo en la tiroides, visite a un endocrinólogo
(especialista en trastornos relacionados con las hormonas) para recibir un
diagnóstico y tratamiento. Luego siga el tratamiento recomendado y haga
seguimiento con su médico, según se recomiende.
Preguntas que debe hacerle a su
médico
• ¿Qué
tipo de cáncer de la tiroides tengo?
• ¿Qué
tratamiento necesito?
• ¿Cuáles
son los riesgos y beneficios de cada una de mis opciones de tratamiento?
• ¿Qué más
debo hacer para permanecer sano?
• ¿Debo consultar con un endocrinólogo?
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