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sábado, 15 de agosto de 2015

Cáncer de la glándula tiroides

¿Qué es el cáncer de la tiroides?

La glándula tiroides está situada en la parte delantera del cuello, justo debajo de la laringe (donde están las cuerdas vocales). Produce las hormonas que regulan el metabolismo o la forma en que el cuerpo usa energía. El cáncer de la tiroides ocurre cuando se forman tumores, también conocidos como nódulos, en la glándula tiroides.

En su mayoría, los nódulos (aproximadamente 90% de ellos) son benignos (no cancerosos), pero los que son cancerosos pueden propagarse por todo el cuerpo y afectar la expectativa de vida.

¿Sabía usted?


La mayoría de las personas con cáncer de la tiroides no tiene síntomas.

¿Qué causa el cáncer de la tiroides y quién corre el riesgo de tenerlo?

Se desconoce la causa exacta del cáncer de la tiroides, pero las personas con ciertos factores de riesgo tienen mayores probabilidades de tener la enfermedad. Entre los factores de riesgo se encuentran:

Tratamientos de irradiación de la cabeza, cuello o tórax, especialmente en la infancia o niñez
• Antecedentes familiares de cáncer de la tiroides
• Un nódulo grande o que crece mucho
• Más de 40 años de edad

El tener un factor de riesgo no significa que usted va a tener cáncer de la tiroides; algunas de las personas que contraen la enfermedad no tienen ninguno de los factores de riesgo. No obstante, si tiene un nódulo en la tiroides junto con alguno de estos factores de riesgo, es necesaria una evaluación.

¿Cuáles son los diferentes tipos de cáncer en la tiroides?

El cáncer papilar es el tipo más común. Aproximadamente 8 de cada 10 personas (o sea, 80%) con cáncer de la tiroides tienen este tipo, que crece muy lentamente y suele extenderse a los nódulos linfáticos en el cuello. Es poco común que se extienda a los pulmones o a los huesos. Afecta a las mujeres con el doble de frecuencia que a los hombres, y el paciente típico tiene entre 30 y 50 años. En pacientes jóvenes, si se descubre cuando el tumor es pequeño (menos de 13 mm o 1/2 pulgada) y este se limita a la tiroides, las probabilidades de que se curen son bastante altas, de casi 100%.

El cáncer folicular es el segundo tipo más común (aproximadamente de 10 a 15% de los casos). Este tipo de cáncer casi nunca llega a los ganglios linfáticos, pero algunas veces se propaga a los pulmones o huesos. Afecta a las mujeres con el doble de frecuencia que a los hombres, y el paciente típico tiene de 40 a 60 años. En pacientes jóvenes, si se descubre cuando el tumor es pequeño y se limita a la tiroides, las probabilidades de que se curen son altas, de casi 95%. Ese porcentaje es un poco menor en personas mayores.

El cáncer medular es mucho menos común (aproximadamente 5% de los casos). En general, la tasa de supervivencia después de 10 años es de 90% cuando la enfermedad se limita a la glándula tiroides, de 70% cuando se ha extendido a los ganglios linfáticos en el cuello y de 20% cuando se ha extendido a puntos distantes (como el hígado, los huesos, el cerebro). Este tipo de cáncer puede ser hereditario, y es necesario evaluar a otros familiares para determinar si corren el riesgo de tenerlo.

El cáncer anaplástico es el menos común (aproximadamente 1 a 2% de los casos) y el más agresivo. Es común que el cáncer vuelva a presentarse después del tratamiento, y hay pocas posibilidades de sobrevivir más de seis a doce meses. Afecta a más hombres que mujeres, y principalmente a personas mayores de 65 años.

Es muy poco común en pacientes jóvenes.

¿Cómo se diagnostica el cáncer de la tiroides?

Es posible que usted se encuentre un nódulo. O es posible que su médico descubra un nódulo durante un examen de rutina.

La manera más confiable para diagnosticar si tiene cáncer de la tiroides es la aspiración con aguja fina. Este examen usa una aguja delgada para extraer células o líquido del nódulo con el fin de examinarlas bajo un microscopio. Este examen es muy preciso para identificar los nódulos cancerosos o “sospechosos” e identificar el tipo de cáncer.

¿Cuál es el tratamiento para el cáncer de la tiroides?

Su tratamiento varía, según el tipo de cáncer y si se ha propagado.



Las opciones de tratamiento incluyen:

Cirugía. Su cirujano le quita parte o, en la mayoría de los casos, toda la glándula tiroides y cualquier ganglio linfático anormal.

Algunos cirujanos también extirpan los nódulos linfáticos cercanos, incluso si no parecen ser anormales. Después de la cirugía es probable que tenga que tomar hormona tiroidea el resto de su vida para reemplazar la que deja de producir la glándula.

• Terapia de yodo radioactivo (RAI por sus siglas en inglés). Este tratamiento consiste en tomar una cantidad pequeña de yodo radioactivo para destruir el tejido tiroideo que no ha sido extirpado con la cirugía. Este tratamiento también se usa con el cáncer de la tiroides que se ha propagado a los ganglios linfáticos y a otras partes del cuerpo.

Irradiación externa. Para matar las células cancerosas y reducir el tamaño de los tumores, se dirige irradiación a los ganglios desde una fuente externa al cuerpo. Este tipo de tratamiento es menos común, pero algunas personas pueden beneficiarse de la irradiación externa, especialmente las que tienen cáncer avanzado y no es posible operarlas.

Quimioterapia. Se trata del uso de medicamentos para tratar de matar las células cancerosas. La quimioterapia puede ser beneficiosa para los pacientes que tienen cáncer anaplástico de la tiroides, pero en casos pocos frecuentes se utiliza para tratar otros tipos de cáncer de la tiroides, excepto en pruebas clínicas para etapas avanzadas de la enfermedad.


¿Qué debe hacer si piensa que tiene un nódulo en la tiroides?

Si usted piensa que tiene un nódulo en la tiroides, visite a un endocrinólogo (especialista en trastornos relacionados con las hormonas) para recibir un diagnóstico y tratamiento. Luego siga el tratamiento recomendado y haga seguimiento con su médico, según se recomiende.

Preguntas que debe hacerle a su médico

• ¿Qué tipo de cáncer de la tiroides tengo?
• ¿Qué tratamiento necesito?
• ¿Cuáles son los riesgos y beneficios de cada una de mis opciones de tratamiento?
• ¿Qué más debo hacer para permanecer sano?

• ¿Debo consultar con un endocrinólogo?

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